jueves, 28 de julio de 2011



Como esperaba, las cosas se tornan de casi claro a un oscuro ciego, en el tiempo que dura una llamada telefónica. En los segundos que se tarda en decir una mentira. Todo se tiñe de repulsiones en un abrir y cerrar del alma. En un descuido, todo está nublado y se levantó un muro entre lo que es y lo que creo ver. La armonía se extinguió y se manifestó ilusoria, como todo. Nadie se salva, nada es. Calculé mas de diez caras, y las consentí, creyendo tenerlo todo bajo control. A la décima primera, la negué. Aparentaba fantasía, se hizo notar indefensa y resultó destructiva. Cruel, ella es cruel y está doliendo más que todas. La reina de tus caras se propuso (y logra) destruirme.

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